lunes, 15 de julio de 2013

Ocupaciones: Yo soy… la música


El escritor, economista y político español Gaspar Melchor de Jovellanos (1744 - 1811) decía que para el hombre laborioso, el tiempo es elástico y da para todo. Esa máxima parece resumir el actual estilo de vida de Edmundo Delgado, el responsable de componer las pistas del exitoso programa de imitación y canto “Yo soy”. 

Es evidente que el inusitado éxito que ha logrado el programa “Yo soy”, una franquicia adquirida por GV Producciones y que es una versión popular del formato europeo I am…, se debe no solo al gran talento demostrado por los participantes -con algunas excepciones, claro-, sino además por la calidad de las pistas que acompañan a los imitadores.

El responsable de esto último es el músico, compositor, y productor musical Edmundo Delgado, un hombre con más de 30 años de experiencia en este rubro. Tras bambalinas, Edmundo se encarga de dar el soporte musical al programa que, según afirma, su mayor característica es que el público siente que está presenciando un concierto.

“Creo que el éxito del programa radica en que los televidentes no sienten que están viendo un programa de concurso, sino un concierto de muchos artistas. Allí la gente escucha la canción de su artista favorito, pero en una versión distinta, rara. Incluso algunos coleccionan el programa por ese motivo”, asegura.

Cuando la producción del programa lo eligió para ser el responsable de la elaboración de las pistas, Edmundo aceptó gustoso pero jamás imaginó que el trabajo iba a ser tan arduo. 

“Es bravísimo, sobre todo en el inicio de cada temporada por la cantidad de canciones que tengo que hacer. En la primera temporada me pidieron grabar 32 temas en dos semanas cuando un músico consagrado se demora un año para hacer 10 temas. Pensé que eso era lo máximo que me podían pedir, pero me equivoqué pues en la segunda temporada me pidieron 48 temas y tenía solo dos días de plazo”, recuerda Edmundo.

Pero, ¿cuál es el proceso de la elaboración de las pistas? Dejemos que el especialista nos los cuente: “La producción me envía sus requerimientos y lo primero que yo hago es buscar los temas originales en internet o en los mismos discos para poder escucharlos. Luego, lo que hago es grabar por separado a los músicos tocando cada uno de los instrumentos que incluye la canción original y después subo la información a una computadora para mezclar cada armonía”, relata.  

“Lo que buscamos al hacerlo de esa manera es que las pistas tengan la misma velocidad y la misma esencia de la canción original. Por eso muchas veces da la impresión de que detrás del escenario donde canta el imitador hay una banda que está tocando. Lo que pasa es que está hecho por músicos reales, y aparte de eso le ponemos algo de reverberación y algunos efectos para que suene como un set de televisión. Yo no quiero un sonido pulcro como lo obtienes en un estudio de grabación, lo que busco es que la gente sienta que está en un concierto”, añade. 

Si bien es cierto que toda la pista es importante, Edmundo dice que le pone especial énfasis en el comienzo y el final de la misma. “El público se va a impresionar si el comienzo es bueno y te va a premiar con un aplauso si el final también lo es. Por eso le doy mucha importancia a esas dos cosas en la parte musical. Durante el desarrollo del tema hago las cosas más simples para que sea el cantante el verdadero protagonista”. 

Como el tiempo no es precisamente su mejor aliado, lo que Edmundo hace es simplificar el resto del tema. “Como una canción tiene muchos instrumentos, y el tiempo es corto, entonces yo los simplifico, pongo los necesarios para que los concursantes puedan cantar bien, para que tengan un ritmo de apoyo. Pero no es una pista depurada al cien por ciento en calidad musical porque para eso está el original y es el imitador el que suple esa carencia de la pista” subraya.

Edmundo no está solo en esta titánica labor. Lo acompañan un grupo de entusiastas músicos. Todos ellos ya se han acostumbrado no solo al intenso ritmo de trabajo, sino a la particularidad del mismo: cambiar constantemente de género.

“Es bien loco porque por ejemplo el baterista puede tocar primero un tema de Guns N' Roses y después tocar otro de Marisol, Héctor Lavoe o de Luis Abanto Morales. Para eso tienes que estar bien concentrado y el oído muy afinado. La experiencia también es fundamental”, refiere Edmundo.

La presión que significa trabajar para un programa de televisión no es nueva para Edmundo, pues él ya ha tenido otras aventuras en ese medio. Aunque confiesa que nunca le habían exigido tanto, dice tener un equipo preparado para cumplir las exigencias de la producción. 

“Todo el trabajo que me piden es para el día siguiente. Por eso tengo a mi equipo a la expectativa, como médicos en salas de emergencia, disponibles las 24 horas”, afirma. Y en cuanto a él, dice: “Si no tuviera experiencia en televisión estaría loco o ya habría renunciado porque no podría sobrellevar toda la responsabilidad que me han dado”, admite. 

Edmundo es amante de las frases y una de sus favoritas -“lo importante no es llegar, sino mantenerse”- refleja perfectamente la mentalidad de todos los que están inmersos en la producción del programa “Yo soy”. 

“A veces los productores nos presionan demasiado con las pistas, pero, aunque a veces me enojo un poquito con ellos, los entiendo porque es un programa exitoso y a veces el éxito te da más nervios y estrés porque no quieres descender de la cumbre. Para que eso no ocurra, todos debemos estresarnos: ellos me estresan a mí, yo a mis músicos y ellos me imagino que a sus señoras”, dice entre risas Edmundo. 

Es tanta la vorágine laboral en la que está inmerso que confiesa que muy pocas veces ha visto el programa. Y no es que no le importe, claro, sino que a esa hora él y sus músicos están grabando las pistas para el siguiente programa. 

“A veces lo miro por internet para ver los resultados de nuestro trabajo, pero por lo general no me alcanza el tiempo. Con decirte que la final de la primera temporada no la pude ver, porque estábamos grabando. Me enteré quién fue el ganador al día siguiente por los diarios”, cuenta.

Cuando culminó la primera temporada (el 8 de junio), al día siguiente  ya Edmundo estaba alistando las pistas para la segunda versión del programa. No tiene descanso, pero eso no lo mortifica. Al contrario, Edmundo se siente feliz porque asegura que esta experiencia está siendo muy enriquecedora para él.

“Este trabajo me ha permitido reconocer géneros que los había dejado descuidados, pero como ahora escucho y toco de todo me he dado cuenta de las riquezas musicales que tiene cada género”, dice Edmundo mientras hace una pausa a su trabajo y toma su guitarra para entonar una canción de su grupo favorito: The Beatles. 

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