martes, 16 de octubre de 2012

Escenas cortas: La pasión de uno; la paciencia de otra



-¿A qué hora acaba eso? ¿Es que acaso no vamos a ir a visitar a mi mami como me lo prometiste?

-¿Te dije eso? Qué te parece si vamos la otra semana. En serio, esta vez no te fallaré.

Con una barba de tres días, patillas anchas, polo negro que tiene un bordado enorme del  escudo del equipo inglés Manchester United, short azul y pantuflas del mismo color, Eduardo ha hecho de su pequeña sala, su propia tribuna. Allí, rodeado de una refrigeradora, de una gastada cocina que ya está pidiendo una urgente renovación, de dos alcancías absolutamente vacías y que las conserva como una acto de fe de que algún día vuelvan a llenarse, ‘Lalo’, como cariñosamente lo llama así su esposa, grita, reniega, brinca, alza los puños en señal de victoria, aplaude….

Mientras tanto, Lourdes, su esposa, teje una chalina de lana emulando a la paciente Penélope cuando esperaba el feliz retorno de su amado Odiseo.  

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